Moneda de Celti
Moneda de Celti

Celti cruce de caminos en la Bética romana.

 

   El último tramo de la margen derecha del río Guadalquivir ha estado salpicado por multitud de asentamientos y ciudades desde antiguo, debido a que el río propiciaba recursos y constituía una vía de comunicación que posibilitaba las relaciones comerciales y permitía el contacto entre los habitantes del territorio. El comienzo de un poblamiento estable se produce en torno a los siglos IX y VIII a.C., momento en que las poblaciones indígenas empiezan a entablar contactos comerciales, tras la llegada de los fenicios al sur de la península ibérica.

 

   En este contexto se incluye Celti, antecedente de Peñaflor y localizado junto al actual núcleo urbano. Estuvo habitado desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo V d.C. Celti, localizada en una elevación topográfica y cruce de caminos, jugaba un papel destacado como punto intermedio de la vía Hispalis-Corduba (eje Este-Oeste) que discurría por la orilla derecha del Guadalquivir constituyendo una alternativa a la Vía Augusta situada al interior para alcanzar Carmo y Astigi, pero además éste era el lugar donde vadeaba el río la vía Astigi-Emerita (eje Norte-Sur), en una zona próxima a la desembocadura del Singlis (Genil).

 

   Celti cuenta con un espacio amurallado, urbanismo, arquitectura monumental e infraestructuras (viaria, saneamiento, industrial y funeraria). La ciudad obtuvo el estatuto de municipium civium romanorum en época flavia (a partir de 74 d.C.), lo que influirá en su desarrollo posterior. Desde mediados del s. I y especialmente en el s. II, se produce un auge tanto de la propia ciudad, como del territorio circundante, debido a gran parte al comercio del aceite y en relación al establecimiento de una óptima red de comunicaciones terrestres y fluviales, hecho atestiguado por restos de entidad como el puente sobre el río Retortillo y el dique ciclópeo de El Higuerón, que probablemente se adscriba a estos momentos.

 

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